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NO ALCANZA CON CUIDAR EL AGUA, AHORA PODEMOS RESCATARLA

NO ALCANZA CON CUIDAR EL AGUA, AHORA PODEMOS RESCATARLA

 

 

*Exhaustivo trabajo de investigación del científico Dr. Arturo Solís Herrera basado en la observación del agua y la biología del ojo humano

*Doce años y 6 mil pacientes fueron clave para resolver el enigma para mantener baja la acidez y aceptables niveles de oxígeno

*Hay buenas noticias para mitigar la agresión a la naturaleza*

Introducción: La atmósfera se está acidificando y perdiendo oxígeno, la lluvia ácida es una muestra. El suelo cultivable cada vez produce menos alimentos, pese al uso de agroquímicos, y cada vez está más ácida y con menos oxígeno. El agua cada vez está más acida y con menos oxígeno disuelto, por lo que ya no sostiene la vida, y el ejemplo son las cada vez más extensas zonas muertas en los mares. La zona muerta del Golfo de México ya rebasa los 10 000 km2. La zona muerta del mar Báltico, ya mide un poco más de 70 000 km2. Sin olvidar el mar Arábigo, a donde desembocan plantas desalinizadoras, y refinerías de petróleo.

 Los pacientes que acuden a las salas de urgencia, que no pueden respirar, que sienten que se asfixian, característicamente traen la sangre ácida y con bajos niveles de oxígeno. Lo que está sucediendo al ambiente, ya alcanza a los seres humanos. Los intentos por mejorar las condiciones de la atmósfera son complicados, costosos, y sus resultados muy modestos. La agricultura sustentable, orgánica, que disminuya sustantivamente el uso de agroquímicos, está lejos de alcanzarse. La acidificación de los océanos, así como la pérdida del oxígeno disuelto, está amenazando a toda forma de vida. El panorama es sombrío.

¡Pero tenemos buenas noticias! En el caso del agua, hay una luz al final del túnel, pues hasta ahora no existía una solución efectiva, que elevara los niveles de oxígeno disuelto y que a la vez mejorara el complejo problema de la acidificación de los océanos. Nuestro proceso deriva de la observación acerca del agua y la biología del ojo humano.

Brevemente: el ojo humano contiene unos 3 o 4 mililitros de agua, que nunca son reemplazados a lo largo de la vida del individuo. Y, sin embargo, durante todo ese tiempo, los niveles de oxígeno disuelto y el grado de acidez, se mantienen en rangos normales, aceptables; compatibles con la salud del individuo y con la adecuada función de un órgano tan importante como lo es el ojo humano. Se pudiera pensar que el agua que el ojo humano contiene es agua estancada, pues en condiciones normales, nunca es reemplazada.

Entonces, ¿Cuál o cuáles son los mecanismos que utiliza la naturaleza para mantener baja la acidez y niveles de oxígeno disuelto en rangos muy aceptables?

Nos tomó 12 años (1990-2002) y seis mil pacientes, el resolver el enigma. Por cierto, fue un estudio observacional, descriptivo, respetando las leyes aplicables, así como los derechos de los enfermos. A la fecha, conservamos cuidadosamente los estudios de retina de los pacientes incluidos en nuestro proyecto de investigación, la cual finalmente dio frutos en el año 2002, y pudimos replicar el proceso en el laboratorio en el año 2007.

Las patentes al respecto ya han sido concedidas por Estados Unidos, Japón, Canadá, China, India, México; la Unión Europea, Rusia, Australia, Nueva Zelanda, y Corea del Sur. A nivel laboratorio, hemos contrastado nuestro material, al que denominamos Qblock ©, en muestras de agua dulce, agua salada, aguas grises, aguas negras, desechos industriales, etc., y afortunadamente funciona en la gran mayoría de las situaciones. Los resultados son constantes, pues el nivel de oxígeno disuelto que obtenemos en promedio, supera los 6 miligramos por litro, que es el mínimo deseable, y el grado de acidez, medido en la escala de pH, tiende a acercarse a niveles de 7 o inclusive mayores.

 Figura 1) Una de tantas presentaciones de nuestro novedoso material, al que denominamos

Figura 2) Nuestro material (Qblock©) solo requiere colocarse en el fondo del cuerpo de agua a tratar, ya sea un riachuelo, laguna, lago, estanque, mar, fosa sépticas chicas o grandes, como la presa Endhó, en zonas muertas como el Mar Báltico, el Mar Arábigo, el Golfo de México, etc.

Nosotros fabricamos un bloque de peso aproximado de 10 kg, con medidas aproximadas de 30 x 12 x 10 cm, que simplemente se deja caer en la superficie del cuerpo de agua, y éste se va a depositar en el fondo, por su propio peso. No requiere de conexiones especiales, la adición de químicos extra, y lo mejor de todo es que no gasta energía; no emite gases invernadero, es eficiente en la gran mayoría de las situaciones, y su vida media es de unos 25 años. Se recomienda colocar un bloque por cada 10 metros cuadrados de superficie. A las pocas horas de haber sido colocados los Qblocks ©, empiezan a ser detectables los cambios en los niveles de oxígeno disuelto y en la acidez del agua, medida en escala de pH. Y su efecto dura un mínimo de 25 años. De ahí nuestro slogan: “No basta cuidar el agua, ahora podemos recuperarla”.

 Derechos Registrados © Laboratorios QCET, SA de CV. comagua2000@yahoo.com carmenrpp@yahoo.com ruthisabelsolis@yahoo.com

Qblock© Un desarrollo de Laboratorios QCET, SA de CV. comagua2000@yahoo.com carmenrpp@yahoo.com ruthisabelsolis@yahoo.com

*Es una información exclusiva para la revista BIE facilitada por el científico Arturo Solís Herrera que reside en la ciudad de Aguascalientes.