ING. MARVIN GUTIÉRREZ MORALES Y SU NOTABLE INCURSIÓN PROFESIONAL EN LA INDUSTRIA NAVAL EN EL ÁMBITO DE LA ACADEMIA Y DE LA PRÁCTICA
Es un referente icónico de Veracruz por su extensa actividad profesional y por sus notables aportaciones en la academia y en la práctica que lo distinguen a nivel continental al fungir como director del Instituto Panamericano de Ingeniería Naval.
Su voz conserva la potencia y a sus 83 años cumplidos, el ingeniero Marvin Ángel Gutiérrez Morales, egresado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Veracruzana, hizo ahí una amplia historia al ser catedrático y en la década de los 70 ser el director de la Unidad Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Químicas.
Es una charla que transcurre entre amigos y la ocasión lo amerita en la transmisión de la estafeta del CIME. En ese tenor, comentó la participación de la UV en España, donde se dieron cita 95 directores de escuelas navales de 37 países en el Congreso Internacional de Madrid y ahí mismo se designó por unanimidad al puerto de Veracruz como el anfitrión de tan importante evento naval a nivel internacional cuatro años después y que fue todo un éxito
Uno de sus grandes proyectos fue gestionar un laboratorio de Pruebas para barcos, que sería el más importante en América Latina, por lo que hizo una gigantesca tarea de conseguir el terreno que sería donado por Manuel Suárez en una extensión de ocho hectáreas, que comprendía áreas en las que está situada la USBI y algunas facultades de la UV. Y se logró comprar el carro portador de Modelos en Alemania.
“Hubiese sido un enorme logro para la universidad, pero cuando se graduó la primera generación de ingenieros navales, el Astillero me llamó para hacer el estudio de factibilidad y proyecto del nuevo Astillero donde construimos 4 Buque Tanques para PEMEX, por lo que el nuevo director de la Facultad canceló los trámites del terreno y del tanque de pruebas”, confesó.
Su charla es apasionada, fluida y no deja el espacio para preguntas. Ha terminado la ceremonia y los últimos invitados se despiden. Al filo de la banqueta, el Ing. Marvin comenta al Ing. Ulises Cervantes, Ing. Gustavo Cadena Bustamante y a un servidor:
En los últimos años de la década de los 60 su suegro Antonio Exsome realiza obras para el puerto. Ahí conoce a un funcionario del gobierno federal que a fuerza del trato cotidiano, se hacen amigos. Llegaba de traje, pero al tiempo le obsequia una guayabera. Se trataba de Luis Echeverría Álvarez.
Las anécdotas del Ing. Marvin son interminables. Conserva un excelente estado de salud y está convencido que sí la mente está bien, positiva y proactiva, la buena salud será una consecuencia.