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LOS ARQUITECTOS Y LA VIVIENDA ASEQUIBLE

LOS ARQUITECTOS Y LA VIVIENDA ASEQUIBLE

 

Por: Arq. Avelino Gavito Sosa
Secretario del Consejo Directivo del Colegio de Arquitectos del Puerto de Veracruz, 

Determinar lo que es una vivienda digna y decorosa o como deben satisfacerse las necesidades de habitar de la población no es una tarea fácil, ya que en la formación de estos conceptos existen una serie de factores, que hacen que cualquier definición que se adopte tenga cierto grado de subjetividad. No obstante, lo anterior, es preciso determinar un mínimo de características con las que la vivienda debe cumplir para considerarla digna y decorosa, según los términos utilizados en la Constitución o habitable, desde mi perspectiva

Las personas que tienen un trabajo asalariado y pertenecen a la economía formal, potencialmente tienen derecho a ser beneficiarios de un crédito otorgado por instituciones gubernamentales: sus aportaciones y el cumplimiento de los requisitos que se le solicitan le dan derecho a ello.


Se puede abundar sobre el aspecto económico, el marco legal en el cual se circunscribe, el quehacer del arquitecto determinando el resultado tipológico final, en cuanto a la vivienda mínima. Esta situación reclama de los arquitectos una profunda revisión de los tipos y estructuras residenciales que habitualmente se ofrecen en el mercado inmobiliario, suscitar dudas frente a la legalidad o lo que es más urgente, impedir que las micro- vivienda se conviertan en simples reducciones de los modelos de vivienda proyectados.

Los posibles nuevos planteamientos tipológicos que se propongan requerirán de una reformulación de los parámetros técnicos y legales sobre los que se sustenta la vivienda económica: desde la renovación, reinterpretación o abolición de las normativas que regulan su diseño, pasando por la observación de las relaciones entre tendencias sociales y tipos residenciales, el aprovechamiento racional del espacio, las técnicas de construcción, hasta la misma discusión de lo apropiado del término “vivienda mínima”.


Sabemos que el ser humano necesita de espacios adecuados, formas y dimensiones idóneas de los ambientes, iluminación, ventilación, pero no será una verdadera vivienda si no proporciona a sus habitantes una sensación de protección climática y social, si no ofrece la privacidad necesaria para la vida familiar y la tranquilidad que permite el descanso, un ambiente favorable a la vida de relación y la cultura y condiciones que puedan facilitar el trabajo doméstico u oficio si la familia así lo quiere.

En cuanto a la vivienda producida en forma masiva, por una parte, están los intereses de los promotores y por otro el de los destinatarios. La oportunidad de acción de los arquitectos dentro del proceso de producción de la vivienda, está restringida al diseño. Aún éste, considerado nuestro campo, está condicionado: aspectos económicos y políticos, entre otros, inciden en nuestro quehacer como diseñadores y solo con actitud innovadora surgirán nuevos conceptos.

El entendimiento al fenómeno de la vivienda requiere de un acercamiento que sólo se dará por medio de la observación y del análisis de los hechos. Un marco teórico es insuficiente para explicar su acontecer y solo nos situaría en un plano superficial con respecto a la problemática. Ahora pues, para dejar de ser ajenos a ella, debemos pasar del plano teórico con respecto a la manera de habitar, a la observación ordenada del comportamiento del grupo social al cual es dirigida la vivienda motivo de este estudio.

Los hechos parecen indicar que se ha tenido un falso concepto del aspecto cualitativo de los espacios destinados a habitar en el afán de producirlos en mayor cantidad. Conciliar los intereses de quienes están involucrados en el proceso debiera ser el objetivo permanente de quienes los proyectan. La posibilidad de obtener un mejor diseño espacial, cualitativa y cuantitativamente, sin que ello signifique un aumento en su costo debe ser siempre el objetivo; superar los paradigmas establecidos, proponer y analizar nuevos conceptos hasta obtener los resultados esperados, no será más que el llegar al inicio de otra nueva búsqueda. Los promotores evalúan y planean su actividad principalmente en términos económicos.

La actividad sobre la que decidan invertir debe ser lo más redituable posible, de lo contrario, ¿por qué ponerlo a trabajar en el mercado inmobiliario;  Por otra parte la vivienda económica se visualiza también como producto por cuya plusvalía y condiciones de crédito a tasas competitivas se puede obtener beneficios.


El habitar la vivienda es un hecho tan vivo como el ser que la ocupa; integra las transformaciones, adaptaciones y situaciones cambiantes de la vida de quien en ella se alberga. se inicia un camino hacia el conocimiento del fenómeno de la vivienda mínima.