ARTEMIO ROJAS MANDUJANO, LÍDER DE CHIAPAS,
REINVINDICÓ DEMANDAS SOCIALES EN 1955
*Ante la ausencia de apoyo de distinguidos chiapanecos en la Ciudad de México, una mujer le impulsó continuar el movimiento
Por: Héctor Saldierna
Tuxtla Gutiérrez, Chis.
II parte
El contingente había llegado al centro de la ciudad e inmediatamente rodeó y bloqueó el Palacio de Gobierno. Así quedaba tomado. A las 16 horas del mismo día 10 mil personas se habían adherido al movimiento eminentemente popular y de característica estatal: participaban ciudadanos de casi todos los municipios.
En las mantas, se apreciaba un lema: “Pedimos la desaparición de poderes”.
Las cosas habían llegado al momento clímax. Pero Artemio Rojas hace un recuento de los acontecimientos previos al desborde popular sin paralelo en las luchas sociales en Chiapas:
“Cerca de Trinitaria se produjo una masiva decapitación de campesinos. El maíz y frijol que se producía se exportaba a Guatemala, sin ningún beneficio a los productores, pese a las jugosas utilidades y no se sabía en qué fue utilizado medio millón de pesos que fue enviado para mitigar los sufrimientos de los damnificados del temblor en Yajalón”.
En aquella época Artemio Rojas era gerente de Ventas de una firma distribuidora de Autos. Conocía toda la entidad, a fuerza de ofrecer –además- Seguros de Vida. Tenía muchos contactos, había palpado el descontento y en su interior germinaba el oculto deseo de auspiciar un levantamiento, una protesta organizada.
Así, se traslada a México y se reúne con un connotado grupo de políticos chiapanecos.
Rojas Mandujano reflexionó: “En 1955 se llevó a cabo una lucha unificada, con bandera. Actualmente nadie ha propuesto una alternativa viable para resolver la crisis económica. Gobernar debe ser promover el bien del pueblo a través de la creación de fuentes de empleos bien remunerados”.
Recordó algunos detalles en la víspera del movimiento:
“En un céntrico hotel, una fría mañana, me reuní con José León Cruz (pepe PRI), con el Lic. Ángel Suárez Torres, exmagistrado; Valentín Rincón, exmagistrado; Alberto Domínguez, exlíder sindical; Arturo Ferro y el exgobernador Raymundo Enríquez…
En medio de una gran expectación, Artemio Rojas dio a conocer su estrategia mediante la creación de comités de protestas y finalmente tomar Palacio de Gobierno. La respuesta no fue aprobatoria. Al día siguiente, sólo acudieron tres personas. En su inicio, la lucha se disolvía. “Nadie quiere secundar la lucha”, le dijo José León Cruz. A su vez, Valente Rincón le manifestó: “Nadie quiso abanderar la lucha. Usted pasará a la historia. Yo tengo hijos en la Universidad”.
El apoyo que pensaba lograr en México quedó nulificado. Pero aún quedaba el espíritu valiente de una mujer que pese a los peligros que acechaban, impulsa a Artemio Rojas Mandujano.
Ella es su esposa Juana Megchán. Le dijo: “Sé que vamos a un cruel destino: la prisión o la muerte. Vámonos a Chiapas”. Así iniciaba una importante lucha social que llegó, incluso, a cimbrar los cimientos de la estructura
gubernamental.
Estoy interesado saber más de su vida de Artemio ya que mi Padre Luis Mandujano Salgado dejo ejemplos muy parecidos a los de Artemio y entiendo perfectamente que esto se lleva en la Sangre esa ayuda al prójimo el sentido de la justicia y el bienestar común y el estar encontrá de la injusticia mi Padre nos dejó esa herencia.
Buenas tardes. Ahora veo su comentario. Le hice una entrevista a don Artemio en 1986. Yo laboraba en Tuxtla Gutiérrez.
El vivía en un departamento en el paseo Zardain, me parece. Donde estaba el restaurante los Flamingos.Fue una gran
persona. Esta entrevista había sido inédita y luego consideré publicarla en la revista BIE. Me enteré de su
existencia por el Lic. José Luis Castro que recientemente era el cronista de la ciudad de Tuxtla. Ya falleció. Él hizo un libro
sobre su papá y de ahí me intereso la vida de un grn personaje.