A un año de su fallecimiento, el ingeniero Salím Salomón Alvarado fue recordado por su familia y personal de las empresas que se congregaron para escuchar una misa y un rosario alusivo para evocar la ejemplar obra de un gran hombre que dejó una profunda huella.
El sacerdote Gerardo, quien dirigió unas palabras, hizo mención del espíritu solidario y de ayuda que caracterizó al ingeniero Salím. Fue también, dijo, una persona justa.
En esta actividad estuvo presente la Sra. Mariana Domínguez y su hijo Salím Salomón Domínguez, quien dio la bienvenida a los presentes y amistades del ingeniero Salím, así como un agradecimiento por su presencia.
Se acondicionó el lugar para la misa y en cuyo escenario se hicieron una especie de escalones que convergía hacia una parte alta en la que se encontraba la fotografía del Ing. Salím, al lado de la imagen de una enorme águila, que fue parte de su ideario y filosofía de vida. En esa misma pared, se colocó una cruz de grandes dimensiones.
Era común escucharle al ingeniero Salím una frase que la tenía inscrita: Es de titanes salir victorioso en medio de las grandes adversidades.
Y esa fue una de las características principales del ingeniero, cuya vida reflejó grandes esfuerzos y positivos logros, consecuencia de un gran empeño y provisto de una voluntad férrea para lograr los objetivos más complejos.
Sin duda, el ingeniero Salím Salomón está presente en la mente y en los corazones de sus familiares y amigos, de quienes los tenía en un elevado concepto.