EN TORNO A UNA MESA DEL CAFÉ DE LA PARROQUIA, EL ING. DAVID REYNIER VALDÉS ES FESTEJADO POR SUS AMIGOS Y MESEROS
El tradicional Café de la Parroquia, el gran referente a nivel nacional e internacional, no sólo es por su exquisito café –conocido como Lechero- sino la magia que tiene su gente que suele departir todos los días alrededor de una mesa en donde se tejen las más diversas charlas, anécdotas y ocurrencias.
“Este es mi tercer hogar, después de la casa y el trabajo”, dijo, con seguridad y con una gran sonrisa el ingeniero David Reynier Valdés, que en esta ocasión celebra su cumpleaños en compañía de un grupo de amigos que le cantan las mañanitas, no las tradicionales, sino las jarochas que están salpicadas de picardía y de buen humor.
Platicamos con el festejado y nos indica que tiene cerca de tres décadas asistiendo al café por las mañanas. Llega desde las 7 horas, ya la tiene apartada y se le conoce como la Mesa 30.
Difícilmente no hay mesero que no lo conozca. Todos tienen que ver algo con el ingeniero David. Igualmente los Jaraneros que llegan todos los días a alegrar al respetable.
Después de apagar las velas y degustar el pastel alusivo, uno de los meseros le entrega una servilleta con un breve mensaje: ¡Felicidades! Y otra palabra impublicable y de ahí se derivan más bromas.
“Esto es relajante, agradable y de convivencia con los amigos”, expresó David Reynier, quien siempre tiene la mesa llena de amigos. A ésta llega también Yoval Ramirez, que se ha adoptado a la mesa y que todos los días viene desde Xico para medir la presión arterial de los turistas y comensales.
Se trata de una mesa que representa el mejor estilo del humor veracruzano y cómo los turistas se quedan admirados y extasiados de la manera en que se desenvuelve el veracruzano nato.
“Es un lugar donde se hacen negocios y compra venta, muchas veces a la palabra. Anteriormente era más intenso este comercio, aunque ahora ha disminuido”, comenta Reynier Valdés.
En el puerto de Veracruz existen varios cafés de la Parroquia. Pero éste es considerado uno de los más tradicionales, ubicado frente al Malecón y a un extremo del Hotel Emporio.
