Cuando hay un desastre, en cualquier lugar del planeta, acudimos en auxilio de las personas en una acción solidaria y espontánea porque en casos de tragedias no hay invitación, aseguró Héctor “Chino” Méndez González, dirigente de Topos Azteca.
Surgido hacia la fama, Héctor Méndez, ahora de 77 años, fue de las personas voluntarias que se presentaron en el Edificio Nuevo León de la Unidad de Tlatelolco en la ciudad de México, durante el sismo de 1985.
“Fui porque ahí vivía mi hermano Charly y, entonces, me dediqué a mover escombros y a rescatar a personas que habían sido atrapadas por el derrumbe”, dijo Méndez.
Fue en la MESA DE CAFÉ del Gran Café de la Parroquia de los 200 años, que Héctor Méndez tuvo una plática con sus integrantes que encabeza el Ing. Ulises Cervantes y cuya narrativa estuvo aderezada de un gran número de anécdotas.
Esto, surgió de una plática que por la mañana expuso Méndez a los miembros del Colegio de Contadores Públicos del Estado de Veracruz en ocasión del Día del Contador y siendo él contador, le formularon la invitación.
“No hablé de Contaduría, sino de mis actividades de Rescate”, dijo.
Ataviado con un traje especial para las acciones de rescate, donde lleva las banderas de varios países, el Topo Mayor, como es conocido en el medio, precisó que de las mayores experiencias que ha vivido fue en Haití, donde una madre desesperada le pidió rescatar a su hijo, Mateo Varesi, y a su padre, lo que no fue posible.
“Fue sobrecogedor llegar a ese lugar donde había un gran número de cadáveres y sólo prevalecía el espíritu para rescatar, procurando que no se perdiese algún miembro de su cuerpo”, dijo.
La plática es variada y llena de recovecos. Es un tema donde también hay muchos egos y cuando llegas al lugar del colapso, no es extraño encontrarse con personas arrogantes y tienes que hacer uso de carácter.
Comentó el caso de un Marine en Haití, cuya prepotencia la tuvo que manejar con astucia y finalmente maniobró para que tal personaje se retirase del lugar.
Cuando habla de Topos Azteca, formado hace 39 años, afirmó que no suelen solicitar recursos y quién lo hace es ilegal. Ser rescatista es contar con las características de honorabilidad y vocación para servir al prójimo. Somos actualmente 300 miembros y se tienen asociaciones a nivel internacional.
“Cuando hay un desastre tenemos que financiarnos nosotros mismos, aunque algunas líneas aéreas nos ayudan con descuentos, porque no podríamos ser un ente gubernamental que tendría que hacer solicitudes y buscar sellos de aceptación.
“Nadie nos invita porque no es una fiesta y llegamos prestos para auxiliar sin buscar el reconocimiento o el agradecimiento posterior”, dijo.
Méndez González es originario de la colonia Guerrero, de cuya existencia la menciona la Sonora Santanera en una de sus canciones y muestra muchas vivencias en las tareas de rescate, donde la divisa principal es la disciplina y la honradez.
“Venimos a trabajar y rescatar vidas, por lo que no debe atraernos nada material”, dijo. Y agregó: no llevo récord de personas salvadas porque tampoco es un deporte.
Laboró durante algún tiempo en la Secretaría de Desarrollo Social en tiempos de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas. Pero luego se dedicó de lleno a lo que el destino le había deparado: las tareas de rescate que le han llevado a las Torres del World Trade Center en Nueva York y en Turquía
En esta ocasión, estuvieron presentes el Ing. Ulises Cervantes, Arq. Juan Manuel Rebolledo Torres, Arq. Rodolfo Poblete Saldaña, Ing. Pedro Arias Ávila y Rodolfo Poblete Jr.