Por: Ing. Héctor Saldierna Castro
Desde hace algunos años me he interesado en saber de dónde vienen las cosas, y en lo que respecta al vino no es la excepción.
Recuerdo que al ver la etiqueta “México” de los centros donde comercializan vino, la gran mayoría de su lugar de origen es el Valle de Guadalupe, a unos 30 minutos de la ciudad y puerto de Ensenada en el estado de Baja California.
Por lo que tras probar algunos vinos de gran calidad tanto blancos como tintos, jóvenes y reserva, decidimos junto con mi familia hacer una pequeña parada en nuestras vacaciones para ir al Valle de Guadalupe y vivir la experiencia de la forma en que las vinícolas cosechan la uva y la convierten en esta agradable bebida que combina con diferente tipo de alimento.
Decidimos como buenos turistas empezar por las marcas más comerciales como Monte Xanic, El Cielo y L. A. Cetto, al cual este último decidimos intercambiarlo por una vinícola más “local”. Porque bien es cierto que los que menciono tienen una gran infraestructura para cosechar la uva, separarla, fermentarla en sus numerosos tanques de acero inoxidable y pasarla a barrica; los locales con los que tuvimos contacto en el mismo Valle nos recomendaron unas vinícolas un poco más pequeñas, las cuales a nuestra perspectiva siempre buscan realizar algo diferente para poder sobresalir.
Caso es de Decantos, una vinícola fuerte en el Valle que logró eliminar bombeos mecánicos en el proceso de cosecha hasta embotellado, sustituyéndolo por la gravedad, la cual tiene como objetivo un sabor más natural y de calidad al vino.
La vinícola Bodegas F Rubio, de mis favoritas, tiene como marca insignia a un elefante el cual al solicitar la cata te explican el significado de los mismos en cada vino que degustas. Ya sea en honor a los abuelos, a los nietos, a los hijos del dueño y uno a las mujeres que forman parte de la familia. Contienen una pequeña cava que como lo comentan, actualmente no alcanza para cubrir su comercialización en todo el territorio nacional, pero créanme que son un gran acompañante para alguna comida o celebración importante. Su vino “mezcla italiana” lo recomiendo ampliamente para cualquier aficionado a los vinos que ya pasan por barrica y no son tan dulces.
Una grata experiencia nos tocó en la vinícola Concierto Enológico, la cual nos ofreció una cata sensorial con aromas y degustación de diferentes quesos, frutas y hasta ¿mole?; si mole. Entre su vino más joven (qué solo pasa por los tanques de acero inoxidable y después es embotellado) y hasta sus vinos con más presencia que pasan en barrica hasta por 18 meses. Nuestra guía nos explicaba su proceso de elaboración, nos indicaba que tratáramos de vincular el aroma de cada fragancia, el alimento perfecto para acompañarlo (maridaje); y por último, la música con la que la vinícola recomienda degustarlo, esto último hace la diferencia entre otras a las que pudimos asistir. Grata sorpresa me llevé al probar su último vino “Concierto” al momento de maridarlo con mole. ¡Una gran experiencia en el paladar!.
Por último, pasamos a Barón Balché, famoso por tener de los mejores vinos de la región y que actualmente se encuentran remodelando su sala principal y próximamente de cata. Esta vinícola ubicada a menos de 1km de Decantos, es parada obligada para saber el proceso de principio a fin de la elaboración de su producto, el cual sin lugar a dudas son vinos de calidad. Desde su Mezcla de Tintos hasta su línea Premium, si tienen oportunidad de probarlos en algún lugar que visiten no se arrepentirán.
Actualmente, la mayoría de estos vinos no se encuentran en centros comerciales; pero varios han optado por comercializar a través de Amazon o se puede hacer el pedido directo a la vinícola más el costo de envío.
Lamentablemente tanto los impuestos que deben pagar las vinícolas, así como sus costos de producción, hacen que estos productos no se encuentren al mismo nivel económico que se observa en los supermercados del país, sin embargo, el pagar unos pesos de más vale la pena porque además de apoyar al negocio, estas comprando un producto nacional de calidad