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UNA REALIDAD EL TREN MAYA, DE GRAN ALCANCE SOCIAL

Por: Isabel Arellano

Egresada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación.

Reside en Alemania desde hace 16 años.

 

El plan frustrado del 2024 para viajar en El tren Maya por falta de presupuesto. Planeamos viajar en El Tren Maya, así que tomamos un avión el 23 de diciembre del 2023 de Frankfur- Dallas Tx para  visitar a la familia allí, nos quedamos diez días y el 1 de enero viajamos en autobús de Dallas a Monterrey Nuevo León;  la razón de un viaje tan largo fue el costo del avión de Dallas a Monterrey, allí visitamos a la otra parte de familia, nos quedamos 8 días, después  seguimos nuestro camino en autobús  hacía la Cd. de México y de allí a Puebla para visitar a mis hermanos y sus familias;  nos quedamos cuatro días y para este momento el presupuesto se encontraba casi agotado, así que sólo llegamos hasta el puerto  de Veracruz y comenzamos el mismo recorrido hasta Dallas Tx  para tomar nuestro vuelo de regreso a casa el día 21 de enero del 2024

El plan para viajar en El Tren Maya se hizo realidad

Volamos el 23 de diciembre del 2024 de nuevo a México, pero esta vez a Cancún en esa misma fecha.

El día 24 de diciembre volamos de Cancún a la  Cd. de México, allí nos encontramos con nuestro gran amigo Ángel Martín Uco, viajamos juntos hacía Puebla.  Nos hospedaron Magda y Rigo, mi cuñado. 

La noche vieja y navidad la pasamos en familia

Visitamos las ruinas de Cantona, Puebla, son enormes y complicadas para caminar muchas subidas y bajadas, ¡pero son fantásticas!

El 26 de diciembre nos alcanzó Héctor Saldierna, pero sólo se quedó un día, el grupo creció porque también estaba de visita una tía.

Celebramos el 28 mi cumpleaños 65 que a esta edad cualquier momento es motivo para festejar, la pasamos… muy bien

El 3 de enero retomamos nuestro camino hacía San Francisco de Campeche nuevamente en autobús.

Llegamos a Campeche el día 4, nos hospedó la familia Solana-Uco por seis días 

 Tuvimos la oportunidad de recorrer  y conocer la ciudad y sus bellos museos, pero sobre todo a su maravillosa gente.

De allí tomamos por primera vez el Tren Maya el 11 de enero hacía Palenque Chiapas; pernoctamos dos noches.

Al día siguiente visitamos las Ruinas de Palenque, las Cascadas de Agua Azul  y Xel-ha ¡son maravillosas! tal como lo recordaba pues en el año 1979 una amiga de la Universidad y yo hicimos un pequeño viaje a Campeche a conocer  las ruinas de Edzná, Campeche,  Palenque y las Cascadas de Agua Azul en Chiapas

Las ruinas de Palenque son majestuosas, pero ahora hay una invasión de vendedores entre los andadores de las ruinas. Es desagradable que a cada paso tienes un vendedor encima.

En Agua Azul han construido, sobre la orilla de las cascadas, palapas y caminos de cemento, algunos están en mal estado por las inclemencias de la naturaleza.

A pesar de la belleza que aún guarda han estropeado el entorno, Xel-ha maravilloso lugar, en cambio, sin comercio ni vendedores.

Hablar del Tren Maya es hablar de una obra majestuosa con un alcance económico y social profundo.

 

El día 13 de enero viajamos nuevamente en el Tren Maya  de Palenque, Chiapas a Mérida Yucatán [1460 km]

Conocimos en la estación del tren al Capitán Navarro, un hombre dedicado en cuerpo y alma para que el tren cada día tenga mejor servicio. 

El tren superó nuestras expectativas: es moderno, cómodo, limpísimo y puntual.

Durante las 7 horas de viaje lo asearon incesantemente.

Había mucha gente viajando a pesar que las vacaciones habían terminado.  Muchos adultos mayores, a los cuales el personal del tren tratan con mucho respeto, les ayudan a transportar su equipaje hasta el vagón que les corresponde; jóvenes que por primera vez viajaban en tren.

Me emocionó profundamente ver a un grupo de adolescentes y niñas de la etnia Tzotzil viajando en el tren gracias a que tienen tarifas especiales.

Nuestro México cambia para bien de todos,

Viajar siempre nos brinda la oportunidad de conocer nuevos lugares y hacer nuevos amigos

En  el viaje de Palenque a Mérida compartimos y conocimos a Miguel Quintero y a Noé Hinojosa. Tengo la certeza que hicimos nuevos amigos, las siete horas de viaje se hicieron cortas, conversamos durante todo el tiempo un poco de todo.

Por la noche nos encontramos para cenar con nuestros recíén estrenados amigos fue una velada muy agradable y nos despedimos.

Mérida es una ciudad para disfrutar su área urbana como de la gastronomía

El 18 por la tarde viajamos a Tulum 

El día 20 fuimos a las ruinas de Tulum que tengo que decir, que además de majestuosas, están muy bien resguardadas; ojalá todas las ruinas tuvieran la misma administración.

Visitamos tres cenotes. El cuarto cenote programado desistimos porque es subtérraneo y sufro de claustrofofía; todos son hermosos, en   plena selva. caminar bajo los árboles es muy agradable.

Por cierto, como dato curioso el cenote manatí  de agua salada  tiene un lagarto “amigable” ¡es una locura! un animal salvaje siempre es salvaje creo que es una irresponsabilidad,  tanto de la gente local que lo recomienda, como de los turistas que van,  en fin  creo que soy vieja para tanta y extrema aventura

Nos encontramos con Noé en Tulum para tomar algo, Miguel ocupado en cosas cotidianas se quedó en su hotel, nos dio gusto ver a Noé y pesar de no ver a Miguel.

Del 21 al 27 viajamos a Playa del Carmen con la intención de descansar por una semana en las playas, pero la naturaleza caprichosa tenía otro plan, llovió toda la semana.

Pasamos más o menos una hora y media en la playa toda la semana, pero no por eso dejamos de disfrutar. Buscamos alternativas, comimos y bebimos y bebimos en cada bar disponible por cierto, carísimo, todo bebidas y comida. Solo el hotel tenía un muy buen servicio y precio.

Del 27 al 31 por la tarde viajamos a Cancún, llegamos a la casa de María Esther y José Martín Carrillo

El 30 de enero tomamos el ferry hacia Isla Mujeres, pasamos allí gran parte del día, por fin logramos  asolearnos y  nadar en el mar Caribe.

El viaje fue interesante, maravilloso e inolvidable.

Como todo tiene un final el 31 de enero regresamos a casa con muchos recuerdos y deudas — La vida es así